Martes, 20 Septiembre 2016 22:30

¿Congreso Abierto?: Cinco cosas que esperamos del Congreso Destacado

Puerta del Congreso Puerta del Congreso Congreso de la República

Por Caroline Gibu

La Presidenta del Congreso ha anunciado la compra de un software para evitar el plagio de iniciativas legislativas, a propósito de un reciente caso de copia parcial de un proyecto de ley presentado por un congresista.

 

Soy una promotora de datos abiertos gubernamentales, y por ello creo que la compra de un software no llevará a reducir el error – o la copia – dentro del propio Congreso. Para que todos los textos de los nuevos proyectos de ley puedan ser comparados con proyectos de ley presentados en el pasado, o con publicaciones disponibles en Internet, se requiere que todos los textos pasados y futuros estén disponibles en formato abierto, y no en imágenes, como usualmente suelen incorporarse dentro de las plataformas de administración de documentos del legislativo. La tendencia de uso de imágenes se debe a que cada proyecto de ley contiene las firmas de los diferentes congresistas que respaldan una normativa y los sellos de las diferentes oficinas por donde pasa el documento. Es como ver una foto familiar y tratar de saber los nombres de quienes aparecen; sólo para conocedores.

 

Pero, además, hay un tema de fondo: ¿Qué acciones se deben dar para que la labor del Congreso – ya sea a través de su función legislativa, de fiscalización o representación – sea más efectiva y realmente contribuya a mejorar las condiciones de vida de las personas en nuestro país?

 

Hoy se conmemoran cinco años de la Alianza por el Gobierno Abierto, que otorga herramientas, lecciones y buenas prácticas para mejorar la gestión pública. Sobre la base de sus principios, aquí van cinco cosas que esperamos del Congreso para incrementar su institucionalidad.

 

1. Participación ciudadana en la formulación de las normas:Si bien la formulación de normas requiere un cierto grado de especialización, no debe ser un trabajo de escritorio exclusivo del congresista y sus asesores. Si se desea transformar vidas – para bien -  debemos hacer que las normas tengan la perspectiva del ciudadano, de los especialistas y académicos, de quienes les tocarán administrar el cumplimiento de la norma, y de los grupos de interés vinculados. Pensar que administrar un proceso participativo generará demoras en la presentación o aprobación de un proyecto, es pensar en el corto plazo, y que el resultado de la función legislativa del congresista es la norma en sí misma y no el impacto que generará su implementación.

 

2. Ética y educación ciudadana: La Comisión de Ética del Congreso debe liderar el ejercicio ético de las funciones de los congresistas y a su vez fomentar la docencia de los principios éticos y sus normas a los ciudadanos. La Comisión no debe ser sólo un ente sancionador, llamado a actuar para corregir ex post y no ex ante, como debe ser. Por ejemplo, sería un gran avance que previa a la reunión con un congresista, una persona reciba información sobre qué puede o no puede hacer un congresista por él o ella y cuándo estaría siendo parte de un acto ilegal o inconstitucional. Quizás esto podría calificarse de inocente, pero muchas personas con poco conocimiento de la función congresal – o con viveza criolla - se acercan a los congresistas pidiendo donaciones, exoneraciones, leyes específicas para beneficio individual y no colectivo, uso de influencias para interceder ante determinadas entidades públicas, entre otros. Si desde el asistente, pasando por los asesores y los propios congresistas explican de manera constante a terceros cuáles son los principios éticos detrás de sus funciones, ello ayudará a generar sistemas de control social y mejorar la labor legislativa.

 

3. Transparencia y Acceso a la Información: La creación de una Autoridad Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales es una iniciativa promovida por la sociedad civil en los últimos años, y que el actual gobierno ha tomado como suya. Un paso importante sería que el Congreso propicie la existencia de dicha Autoridad, no sólo para sancionar a quienes vulneran el derecho constitucional de acceso a la información pública o corregir acciones equivocadas, sino que además se genere jurisprudencia y precedentes de observancia obligatoria para orientar la buena administración de los derechos y deberes de acceso a la información pública y protección de privacidad.

El Congreso debe asumir la transparencia y el acceso a la información como un principio fundamental en su propio accionar, facilitando información que contribuya a mejorar la integridad de su labor y generar una relación de confianza permanente con los ciudadanos.

 

4. Evaluar el costo económico y social de determinada norma y cómo medirlo: El congresista Alberto de Belaunde ha planteado la creación de la Oficina de Estudios Económicos del Congreso con el propósito que el Congreso cuente con una instancia especializada que pueda medir el costo e impacto económico de una propuesta legislativa. Este es un paso importante si pensamos que hoy en día ese análisis es precario y/o inexistente. Pero sería también importante que se establezcan mecanismos de medición del impacto posterior a la implementación normativa a nivel económico y social, pues nuevamente la meta final no debe ser la aprobación de la norma en sí misma, sino los cambios reales que se logran en beneficio de la población, aun cuando este cambio sea de largo aliento.

 

5. Uso de tecnologías de información:Los cuatro puntos anteriores pueden potenciarse si a ellos les sumamos el uso de las nuevas tecnologías de información. Pero como dije al principio, un software no es una solución integral. Por ejemplo, la Oficina de Participación, Proyección y Enlace con el Ciudadano del Congreso ha realizado esfuerzos notables para que más ciudadanos conozcan y comenten las propuestas legislativas a través de la plataforma web del Congreso, pero la respuesta ciudadana es tímida y la promoción del uso de este canal por parte de los propios congresistas es limita.

Por otro lado, no bastan que existan repositorios de información, sino que la información pueda ser comparada, usada y reusada para generar nuevo valor.   Por ello un gran paso para el Congreso será contar con información en formato abierto, es decir, que la información esté presentada en procesador de texto u hojas de cálculo de modo tal que se permita a los ciudadanos y a los propios congresistas explotar mejor dicha información, realizar comparaciones y reducir errores – y hasta detectar copias.

Contar con un Congreso Abierto implica abrazar la transparencia, la participación ciudadana y la rendición de cuentas como pilares de su accionar, creyendo firmemente que es posible generar valor social con el ciudadano y para el ciudadano.  Gran reto para este Congreso.

1.    La creación de una Autoridad Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales es una iniciativa promovida por la sociedad civil en los últimos años, y que el actual gobierno ha tomado como suya. Un paso importante sería que el Congreso propicie la existencia de dicha Autoridad, no sólo para sancionar a quienes vulneran el derecho constitucional de acceso a la información pública o corregir acciones equivocadas, sino que además se genere jurisprudencia y precedentes de observancia obligatoria para orientar la buena administración de los derechos y deberes de acceso a la información pública y protección de privacidad.

El Congreso debe asumir la transparencia y el acceso a la información como un principio fundamental en su propio accionar, facilitando información que contribuya a mejorar la integridad de su labor y generar una relación de confianza permanente con los ciudadanos.

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